10 cosas terribles que la industria de los lácteos no quiere que sepas

1. Las vacas sufren dolorosas infecciones.


Las vacas son sometidas a una intensa manipulación genética para que produzcan una enorme cantidad de leche. Esta producción antinatural, combinada con el daño físico infligido por el equipo de ordeño, contribuye a la mastitis, una dolorosa infección de la ubre.

2. Hay pus en la leche.


La mastitis genera pus, que se mezcla accidentalmente con la leche. De acuerdo con el Departamento Agropecuario de los Estados Unidos (USDA), una de cada seis vacas sufre de mastitis. Y, cuando se trata de la muerte de las vacas en las granjas lecheras, esta terrible infección es la responsable de uno de cada seis fallecimientos.

Debido a que la mastitis es tan frecuente, la industria estadounidense de los lácteos exige que la leche producida en el país retenga más células causantes de pus que la de cualquier otro país: un millón de células de pus por cucharada. ¡Qué asco!

3. A los terneros les cortan la cola.


Esto implica cortar a través de la piel sensible, los nervios y los huesos sin ningún analgésico. Los expertos en bienestar animal condenan esta práctica innecesaria e inhumana.

4. Usan antorchas para quemarles el pelo a las vacas.


Cada cuatro a cinco semanas, los trabajadores de las granjas utilizan una antorcha de propano para chamuscar el pelo alrededor de las sensibles ubres de las vacas.

5. Los cuernos de las vacas son quemados o aserrados.


A las vacas les quitan o queman los cuernos sin anestesia. Esta práctica dolorosa y espantosa, que a menudo ocasiona una infección, se considera estándar.

6. La industria contamina el ambiente.


La industria lechera de los Estados Unidos tiene un atroz récord de contaminación del agua. De hecho, el excremento de los animales y otras escorrentías de las granjas industriales han contaminado casi un tercio de los ríos en los Estados Unidos. Esto también sucede en México, donde una planta de la compañía lechera Lala fue clausurada temporalmente por contaminar un río en el estado de Guanajuato.

7. Las vacas son inseminadas a la fuerza.


Para inseminar a las vacas, los trabajadores de las granjas introducen su brazo completo en el recto de los animales. Este procedimiento estresante e invasivo se repite aproximadamente cada 12 meses. Las vacas explotadas en la industria de la leche se mantienen en un ciclo constante de embarazo, parto y lactancia.

8. Los terneros son arrebatados de su madre.


Los terneros recién nacidos suelen ser apartados de su madre a las pocas horas del nacimiento. Esta separación forzada a menudo hace que las vacas bramen durante horas o incluso días, buscando a sus bebés. Desgarrador, ¿verdad?

9. Los bebés machos son asesinados.


Dado que los terneros machos no producen leche, no son de utilidad para las granjas lecheras. Con frecuencia, son vendidos para ser convertidos en “carne de ternera”, un subproducto directo de la industria de los lácteos.

10. Las vacas “inservibles” son torturadas y asesinadas.


Cuando dejan de producir la cantidad de leche que los dueños de las granjas desean, las vacas, débiles, enfermas y heridas, son consideradas “inservibles” y con frecuencia son brutalmente empujadas, golpeadas e incluso arrastradas antes de ser asesinadas y convertidas en carne molida. Nauseabundo.

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