De acuerdo con el Sindicato de empleados agrícolas y ganaderos, un trabajador de la industria de lácteos se ahogó en estiércol. El 16 de febrero de 2016, Ruperto Vázquez Carrera, de 37 años, murió poco después de iniciar su jornada laboral en Sunrise Organic Dairy, en Paul, Idaho. Su cuerpo fue encontrado 10 horas después en una laguna de estiércol de 20 hectáreas.
Del mismo modo, Randy Vásquez, de 27 años, se ahogó en una laguna de estiércol el 24 de febrero de 2015, mientras manejaba un tractor en Riverview Ranch, una instalación de productos lácteos en Mabton, Washington.
Estos fatales accidentes no son casos aislados. Idaho también reportó tres muertes en procesadoras de lácteos en 2013.
Las lagunas de estiércol son depósitos de heces y orina de los animales confinados en estas instalaciones industriales, cuya extensión equivale a varios campos de fútbol.
Compruébalo por ti mismo:
Son terriblemente tóxicas y peligrosas para quienes trabajan cerca de ellas. En julio de 2015, en Iowa, un trabajador y su hijo murieron a causa de los gases emitidos por una instalación para la explotación de cerdos.
Los empleados de todas las instalaciones industriales trabajan en condiciones peligrosas. En promedio, en Washington, un trabajador de una procesadora de lácteos muere cada 16 meses y uno se lesionado cada día. BuzzFeed News informó recientemente que en las instalaciones de Tyson, el mayor explotador de animales del mundo, en promedio un empleado al mes se lesiona al usar los equipos y pierde un dedo o extremidad.
Con el fin de obtener el máximo beneficio económico, los propietarios de las instalaciones industriales ignoran la necesidad de proteger el ambiente, la salud de sus trabajadores y el bienestar de los animales que confinan, mutilan y matan.
Lo mejor que podemos hacer para proteger a las personas y los animales es boicotear la industria que abusa de ellos.
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