Por qué el veganismo hace que me cuestione todo

Por: Sarah Von Alt

Recuerdo claramente que de pequeña le preguntaba a mi papá sobre la sangre en el paquete de la hamburguesa. Él me decía que era el “jugo”.

Luego, cuando tenía unos 15 años, vi un video sobre la crueldad animal en un evento del Día de la Tierra. Las imágenes, que incluían secuencias de video obtenidas de modo encubierto en granjas industriales y mataderos, cambiaron radicalmente y para siempre mi percepción del mundo.

Así fue que supe de dónde venía la carne. Aquellas idílicas imágenes de mi infancia fueron destruidas por la verdad de lo que sucede con los animales de granja. Recuerdo haber pensado: “si me han estado mintiendo sobre esto, me pregunto sobre qué otras cosas me han mentido”.

Como resultado, desarrollé el hábito de cuestionar las cosas y pensar críticamente sobre lo que es correcto y no lo que es fácil o familiar.

Aquí hay otras cuatro cosas que he descubierto desde que aprendí cómo son tratados realmente los animales en las granjas:

Comer carne es destruir el planeta.


Comer animales y productos derivados de su explotación es una de las acciones más derrochadoras y perjudiciales que los seres humanos hacen diariamente. Desde la grave contaminación del agua hasta el cambio climático y la destrucción de la selva tropical, la industria de la carne está literalmente destruyendo nuestro mundo.

Comer carne contribuye al hambre mundial.


En muchos países, la mayoría de los cereales cultivados se usan para alimentar a los animales de granja. En un mundo en el que casi mil millones de personas no tienen suficiente comida, la alimentación vegana ayudaría a combatir el hambre.

Comer carne no es necesario para tener una vida sana (y feliz).


La investigación continúa demostrando que una alimentación nutritiva a base de plantas es beneficiosa para la salud. Al llevar una alimentación vegana todos ganan: tú vives más y mejor mientras que permites que los animales disfruten su vida.

Comer carne contribuye a la explotación de los trabajadores de las granjas industriales.


Si bien es cierto que los animales pagan el precio final con su vida, los trabajadores de las granjas industriales también son oprimidos por este sistema que valora las ganancias económicas sobre todo lo demás.

¿Ya quieres hacer el cambio? Haz clic aquí para obtener más información sobre la adopción de una alimentación vegana saludable y sin crueldad.