Las granjas lecheras de Nueva York también son un infierno para los trabajadores

Un reporte elaborado recientemente por el Centro de Justicia Laboral de Nueva York, el Centro de Trabajadores de la Región Central del Estado de Nueva York y la Universidad Cornell reveló las terribles condiciones laborales en las granjas lecheras. Nueva York ocupa el cuarto lugar en producción de leche y el tercero en el número de granjas lecheras en los Estados Unidos. Sus ventas de leche representan más del 50% de los ingresos del sector agropecuario del estado. En esta enorme industria, motivada por el lucro, la crueldad es atroz.

Aunque sabemos que las granjas lecheras son inherentemente crueles para los animales, a menudo nos olvidamos de las personas que se ven obligadas a trabajar en una industria que sólo se preocupa por las ganancias económicas. Los autores del reporte entrevistaron a 88 trabajadores de las granjas lecheras de Nueva York, la mayoría de ellos (93%) inmigrantes indocumentados cuya vulnerabilidad en términos legales los deja expuestos a la explotación.

De los trabajadores entrevistados, 61% procede de México, 34% de Guatemala, 2% de Honduras y 2% de Puerto Rico.

En una jornada laboral de 12 horas, los trabajadores no pueden ni siquiera obtener un descanso de cinco minutos y, al igual que todos los trabajadores del sector agropecuario en el estado de Nueva York, están excluidos del derecho a un día de descanso o compensación por horas extras. Su sueldo es sólo un poco más que el salario mínimo. Y una quinta parte de los empleadores “han hecho una referencia explícita a la etnia o el estatus de ciudadanía [de los trabajadores] de una manera humillante o intimidante”.

También es sorprendente que el 68% de los trabajadores entrevistados haya sufrido una o más lesiones laborales suficientemente graves como para requerir atención médica. Excepto por la ayuda médica, los trabajadores indocumentados rara vez salen de las granjas por temor a ser capturados y deportados. Y este temor es constantemente reforzado por las observaciones intimidatorias sobre su estatus de ciudadanía.

¿Lo más aterrador de este reporte?

Más del 88% de las personas entrevistadas cree que sus empleadores se preocupan más por el bienestar de las vacas que por el de los trabajadores.

Uno de estos trabajadores resume su situación:

“Nosotros los inmigrantes hacemos el trabajo sucio, pesado y mal pagado detrás de los galones de leche que usted y su familia consumen”.

La vida de las vacas no podía ser peor. Mira este video encubierto obtenido por Mercy For Animals en la granja lechera más grande de Nueva York.


La mejor manera de poner fin al ciclo de crueldad contra los animales y los trabajadores es dejar de consumir productos lácteos de una vez por todas.

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